La subida de los precios del cobalto ha propiciado la evolución de las nuevas tecnologías de baterías
En 1980, John Goodenough inventó en Oxford la primera batería de iones de litio que requería cobalto. Los experimentos demostraron que el cobalto tiene una densidad energética muy alta, lo que resulta especialmente adecuado para baterías pequeñas pero de alta energía.
El cobalto se utiliza ahora en la mayoría de las baterías comerciales de iones de litio, pero es caro, y por ello dio lugar a una cadena negra de beneficios. Las violaciones de los derechos humanos, incluido el uso de mano de obra infantil en la minería, existen desde hace tiempo en la República del Congo. Las empresas de electrónica y coches eléctricos son reacias a pagar precios elevados por la fabricación y participar en abusos locales de los derechos humanos, por lo que empezaron a utilizar menos cobalto en sus baterías. Panasonic, proveedor de baterías de Tesla, anunció a finales del mes pasado que está desarrollando baterías que no necesitan cobalto, e investigadores como Goodenough, que ha desarrollado baterías sin cobalto, también están ayudando a Panasonic.
La batería tiene un electrodo positivo, normalmente grafito, y un electrodo negativo, un compuesto de litio, cobalto y oxígeno. En el paquete de baterías de un coche eléctrico, la parte negativa suele contener más níquel que la electrónica, lo que ha reducido el uso de cobalto pero ha provocado mayores costes de procesamiento y un mayor riesgo de incendio en los aviones, como la batería del Samsung Note 7. En cambio, los electrones del orbital exterior de los átomos de cobalto están emparejados, lo que significa que es pequeño, denso y fácil de estratificar.
Pero una nueva generación de investigadores de baterías, entre ellos Goodenough, está recurriendo a materiales como el manganeso y el hierro. A diferencia de las estructuras en capas, estos elementos forman una estructura de sal gema. El electrodo negativo que contiene rocksalt se ha utilizado en algunos dispositivos, pero la estructura de rocksalt no tiene la misma alta densidad energética que el cobalto o el níquel.
Aparte de las baterías de capas y de rocksalt, los investigadores están desarrollando baterías de estado sólido, que pueden requerir más litio, pero no necesariamente cobalto, y son mucho más seguras que las actuales baterías de iones de litio. Empresas automovilísticas como BMW, Toyota y Honda están trabajando en estas baterías, pero Olivetti, experto en investigación energética del MIT, no cree que la tecnología esté lista para el mercado en 2025. Hasta entonces, las empresas intentarán reducir el uso de baterías de cobalto. Empresas como Apple y Samsung se han unido a la Iniciativa para el Cobalto Responsable, que promete mejorar la contaminación ambiental y los efectos sociales adversos de la producción de cobalto. Recientemente, Apple ha empezado a comprar cobalto directamente a los mineros para asegurarse de que los proveedores de cobalto cumplen los requisitos de seguridad del sector.