Cómo se utiliza la pintura de grafeno para salvar edificios
El grafeno tiene muchas aplicaciones en funciones industriales y se sigue investigando sobre sus usos. El grafeno puede utilizarse ahora para fabricar pintura que dará una nueva vida a edificios en ruinas. Un arquitecto de renombre, Santiago Calatrava, está teniendo un mal año. Muchos clientes le han demandado, incluso desde su ciudad natal, donde hace tres años construyó un teatro de la ópera que ya está en ruinas. Sin embargo, Calatrava puede sonreír, ya que una nueva empresa especializada en pintura de grafeno quiere salvar el edificio.
Un fabricante alicantino especializado en productos de grafeno ha presentado una propuesta a los administradores del Ayuntamiento de Valencia en la que sugiere que algunos de sus productos podrían salvar los edificios de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, que se deterioran rápidamente. Este centro lleva en funcionamiento sólo ocho años. Cuesta creer que este teatro de la ópera se vendiera por un precio de 455 millones de dólares. Los detalles de la casa están mal hechos, con una fachada curvada que tiene masas de azulejos blancos desprendidos que también se caen cuando hay vientos fuertes. En cuanto la ruina hizo su aparición, se cerró el edificio y se arrancaron todas las baldosas.
En la actualidad, el edificio se yergue como una estructura esquelética con las costillas al descubierto. Como era de esperar, Valencia ha demandado a Calatrava por daños y perjuicios. Sin embargo, según El Mundo, se espera que en el futuro las reparaciones cuesten menos si nos atenemos a la aparición de una nueva fachada que puede utilizarse para recubrir pintura superresistente hecha de grafeno. Esta pintura se conoce como Graphenstone. Se obtiene mezclando grafeno con polvo de piedra caliza, donde el grafeno actúa como malla de sustentación a nivel molecular. La fuerte malla permitirá a las baldosas de los edificios soportar condiciones climáticas adversas, como temperaturas extremas de frío o calor, además de mantenerlas unidas. La pintura ha sido autorizada en el mercado y ya se está vendiendo y utilizando en edificios antiguos de España.
La idea surgió a raíz de tres soluciones alternativas propuestas por la empresa de Calatrava a finales de enero. Una de ellas consistía en sustituir las baldosas o alisar la fachada con masilla. Todas estas ideas sonaban poco realistas y demasiado caras de mantener, ya que supondrían al menos 4 millones de dólares. La situación es mala para todos. Sin embargo, el hecho de que una nueva tecnología prometa resolver el problema parece casi un milagro.